
¿Tu hijo duerme con la boca abierta? Descubre cómo esto puede afectar su desarrollo facial y su salud
El sueño es un proceso fundamental para el desarrollo infantil, pero muchas veces pasamos por alto pequeños detalles que pueden indicar problemas subyacentes. Uno de estos signos es dormir con la boca abierta, un hábito que, lejos de ser inofensivo, puede afectar la salud y el desarrollo facial de los niños.
¿Por qué los niños duermen con la boca abierta?
La respiración bucal nocturna puede tener múltiples causas, entre ellas:
- Obstrucción nasal: Alergias, desviación del tabique, amígdalas inflamadas o infecciones respiratorias pueden dificultar la respiración por la nariz.
- Hábito postural: Algunos niños desarrollan la costumbre de respirar por la boca debido a problemas de alineación mandibular.
- Tono muscular bajo: Alteraciones neuromusculares pueden hacer que el niño no mantenga la boca cerrada al dormir.
Impacto en el desarrollo facial
El crecimiento de los huesos faciales está influenciado por la forma en que los niños respiran. Cuando un niño respira por la nariz, la lengua descansa en el paladar, estimulando su desarrollo adecuado. Sin embargo, en la respiración bucal:
- El paladar puede volverse más estrecho y alto, lo que puede llevar a problemas de alineación dental.
- La mandíbula tiende a posicionarse hacia atrás y hacia abajo, afectando el perfil facial.
- Se desarrolla una “cara alargada” o síndrome del respirador bucal, caracterizado por ojeras, labios entreabiertos y un mentón retraído.
Efectos en la salud general
Más allá de lo estético, dormir con la boca abierta puede tener consecuencias en la salud infantil:
- Problemas dentales: La respiración bucal puede contribuir a la caries dental y la gingivitis, ya que la boca permanece más seca, reduciendo la acción protectora de la saliva
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. - Trastornos del sueño: Los niños que respiran por la boca suelen tener un sueño fragmentado y menos reparador, lo que puede llevar a fatiga diurna y problemas de concentración
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. - Alteraciones en el habla: Un paladar alto y estrecho puede dificultar la pronunciación de ciertos sonidos.
- Déficit de oxigenación: La respiración nasal filtra, humidifica y calienta el aire, favoreciendo una mejor oxigenación cerebral. La respiración bucal altera este proceso y puede estar asociada con un menor rendimiento escolar y problemas de conducta.
¿Cómo corregir este problema?
Si tu hijo duerme con la boca abierta de manera frecuente, es importante consultar a un especialista. Algunas estrategias incluyen:
- Evaluación médica y odontológica: Un pediatra, otorrinolaringólogo y odontopediatra pueden identificar la causa subyacente y recomendar tratamientos.
- Ejercicios miofuncionales: En algunos casos, la terapia miofuncional ayuda a fortalecer los músculos faciales y mejorar la respiración nasal.
- Corrección de hábitos: Evitar chupones prolongados, succión del dedo y posturas inadecuadas ayuda al desarrollo correcto del paladar y la mandíbula.
Dormir con la boca abierta no es solo un hábito inofensivo, sino un signo de que algo no está funcionando correctamente en la salud de tu hijo. Detectarlo a tiempo y buscar soluciones puede prevenir problemas en su desarrollo facial, dental y general.
Si has notado este hábito en tu hijo, agenda una consulta con nuestro equipo especializado en odontopediatría y trastornos del sueño infantil. En Kidden, estamos comprometidos con el bienestar de los más pequeños.
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