¿Tu hijo duerme más tarde durante las vacaciones? Así afecta su ciclo de sueño
Durante las vacaciones de verano, es común que los niños alteren sus horarios de sueño: se acuestan más tarde, se levantan más tarde y, en ocasiones, pierden la rutina que mantenían durante el ciclo escolar. Aunque esto puede parecer inofensivo, modificar de forma significativa el horario de sueño puede tener consecuencias sobre su salud, comportamiento y desarrollo.
La importancia del ciclo circadiano infantil
El cuerpo humano, incluyendo el de los niños, está regido por un reloj biológico conocido como ciclo circadiano. Este sistema regula funciones vitales como el sueño, la temperatura corporal, la secreción hormonal y el apetito. El desajuste de este reloj interno puede interferir en la calidad del descanso y afectar directamente el bienestar diario del pequeño.
¿Qué pasa cuando los niños duermen más tarde durante las vacaciones?
- Sueño fragmentado o menos reparador: Aunque los niños puedan dormir el mismo número de horas, hacerlo en horarios distintos a los habituales altera las fases del sueño, afectando su profundidad y calidad (Mindell et al., 2009).
- Desajuste del reloj biológico: Dormir desfasado afecta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto hace más difícil volver a una rutina cuando inicien las clases.
- Problemas de conducta y concentración: Estudios han demostrado que los niños con horarios de sueño irregulares tienden a presentar mayor irritabilidad, menor tolerancia a la frustración y dificultades en el control de impulsos (Spruyt & Gozal, 2011).
- Mayor uso de pantallas: En verano, el tiempo frente a dispositivos suele aumentar. Esto impacta directamente en la calidad del sueño, ya que la luz azul suprime la producción de melatonina, retrasando el inicio del sueño (Hale & Guan, 2015).
Consejos para cuidar el sueño infantil durante el verano
- Mantener horarios consistentes: Aunque haya más flexibilidad, se recomienda no variar en más de una hora el horario habitual de dormir y despertar.
- Reducir el uso de pantallas por la noche: Idealmente, evitar dispositivos al menos una hora antes de dormir.
- Crear una rutina nocturna relajante: Leer un cuento, baño tibio o música suave ayudan a preparar al niño para el descanso.
- Favorecer la exposición a luz natural por la mañana: Esto ayuda a sincronizar el reloj biológico y regular la secreción de melatonina.
- Evitar siestas prolongadas: Si el niño duerme siestas, deben ser cortas (30-45 minutos) y antes de las 3 p.m.
El sueño infantil es un pilar esencial del desarrollo físico y emocional. Alterar los horarios de descanso durante el verano puede afectar el equilibrio del niño y dificultar el regreso a la rutina escolar. En KIDDEN, recomendamos mantener hábitos de sueño saludables incluso en vacaciones, y consultar con un especialista si se observan dificultades persistentes para dormir o cambios en el comportamiento diurno.